lunes, 12 de abril de 2010

Un Adios, un momento de luto

Un minuto de silencio por el humanismo que ha muerto, por la patría que ha dejado de ser virgen y hoy es violada por los miserables hombres de ciencias que lejos de ver por un bien común, ven por intereses personales a todas luces motivados por su egoísmo. A esos que hoy os educan bajo la tutela de directrices cínicas a esos les debemos hoy la muerte de una educación capaz de fomentar valores, a esos que joden a los demás a todos ellos les pregunto: ¿Qué hacen aquí?
Su respuesta será un sepulcral silencio, porque su única misión es vanagloriarse de sus triunfos y sus meritos efímeros, produciendo así un colapso en los hombres de futuro que los verán como imagen a seguir. Sinceramente para qué seguirlos, para qué recordarlos, sus medallas sus laureles no son producto de sus logros, son el resultado de una victoria a expensas de otro.

Queridos amigos que hoy me escuchan y me leen, el Maestro Decadente ha entrado en una etapa de Letargo, de Reflexión profunda, hoy me retiro de la sociedad para escribir mis pensamientos, para hablar con mi amigo el gusano, para ladrar con mi perro, hoy amigos les doy las gracias por sus sabios consejos.

El Maestro Decadente se despide por un momento ¿Volverá? No lo sé, quizá regrese en un momento tal en que los miserables Don Nadies dejen de pensar en sus laureles, quizá eso nunca suceda, pero mientras en ustedes algo de reflexión decadente quede cabra la posibilidad de un regreso.

Mientras tanto mis queridos miserables les pido que hagan lo posible por seguir vanagloriándose de sus triunfos en el estiércol, sigan construyendo entes putrefactos, continúen enarbolando una falsa conciencia, sigan multiplicándose como larvas, algún día la sociedad les pasará la factura, porque no hay mal que dure 100 años ni decadente que lo soporte.

Yo me voy, no me voy triste, ni derrotado, simplemente voy a respirar un aire puro y distinto al que ustedes me ofrecen, me encamino al sendero Decadente una vez más y ya empiezo a respirar nuevamente el vientecillo de la Libertad.

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